Por Sebastián A. Rios
Para muchos, una alimentación que excluya productos de origen animal es una elección basada en motivos filosóficos, como querer evitar la matanza de animales; para otros se trata de elegir una dieta “más sana”. Sin embargo, ya son varios los estudios que advierten que los padres deben estar atentos si sus hijos/as adolescentes adoptan estas dietas restrictivas, ya que se ha observado que en no pocos casos esconden trastornos alimentarios. Un estudio publicado en la revista Journal of Adolescent Health, por ejemplo, halló que la principal razón por la cual los adolescentes adoptaban una dieta que excluía alimentos de origen animal era perder peso. Otro mostró que uno de cada cinco adolescentes vegetarianos se daban “atracones”, un porcentaje cuatro veces mayor que el de los no vegetarianos.
“Suelen ser chicas de 14 o 15 años en adelante, que frente a la necesidad de esconder el dietismo se hacen vegetarianos o veganos, que son formas de alimentación que como incluye el no consumo de tortas, carne, no ir a locales de comidas rápidas, no comer golosinas, les permite no tener que enfrentarse al mundo con la etiqueta de decir: hago dieta”, explica la doctora Mónica Katz, directora de la Carrera de Médico Especialista en Nutrición de la Universidad Favaloro, que agregó que se puede ser un vegetariano responsable y cuidar que la dieta garantice la cantidad y variedad de nutrientes necesarios.
Aunque este no suele ser el caso de las adolescentes que, en el contexto de una familia que lleva una alimentación sin restricciones, dejan de comer carne y se alimentan por debajo de sus requerimientos nutricionales. Un dato no menor es que el trastorno alimentario asociado al vegetarianismo no suele verse en hijos de padres vegetarianos, agregó la médica especialista en nutrición. “Es lógico que quien nace en una familia vegetariana también lo sea”, dijo esta médica especialista en nutrición. Por el contrario, quienes esconden la búsqueda de perder peso a través del vegetarianismo suelen llevar esta dieta en forma no responsable: sólo eliminan los alimentos (cárnicos) y no buscan ningún complemento de los nutrientes faltantes. La especialista recomienda estar atenta a aquellos cambios abruptos de alimentación que se dan de un día para otro. “En estos casos es conveniente consultar primero al pediatra y luego a un especialista en nutrición”, concluyó.