La ecografía como guía diagnóstica o como guía para tratamiento
Es posible realizar estudios cerebrales de recién nacidos, del tórax para valorar la pleura y el corazón, del abdomen para ver la cavidad abdominal en general y sus órganos y regiones, (como hígado, vesícula y vías biliares, páncreas, bazos, riñones, retroperitoneo y los grandes vasos, aorta y sus ramas, vena cava y sistema porta, en la pelvis, la vejiga, el útero y los ovarios y la próstata). Con los transductores de pequeñas partes se evalúan todas las estructuras superficiales, glándulas como la tiroides, paratiroides, parótidas y sublinguales, los ganglios y cualquier formación ubicada en la piel o debajo de la misma y también se examinan los músculos y las articulaciones.
Bajo la mirada atenta de los profesionales, la mujer puede realizarse una mamografía, el médico imagenólogo especialista puede determinar la necesidad de completar el estudio con radiología localizada, magnificada o ecografía. De los estudios realizados, puede surgir la necesidad de recomendar un estudio biópsico citológico o histopatológico guiado por imágenes. La punción de un órgano se realiza para tomar material de lesiones con una aguja. La ecografía es la guía más simple para elegir el lugar mas adecuado para obtener material que luego será procesado para obtener un diagnóstico. Es un método mínimamente invasivo que ha reemplazado, en algunos casos, a métodos más invasivos para diagnosticar distintos tipos de lesiones. Permite al cirujano planificar la operación si ésta fuera necesaria o decidir otras conductas terapéuticas.
En muchos casos las lesiones pueden ser tratadas en el mismo acto de su diagnóstico. Un claro ejemplo de este proceso es cuando un paciente tiene un absceso o colección que se detecta mediante el ultrasonido y se le coloca un catéter (tubo plástico) que lo drena, evitando ser sometido a una cirugía. Con el tiempo se han mejorado los transductores obteniéndose los adecuados para órganos de distinta constitución y, especialmente para aquellos superficiales.
En general se realiza sobre la piel, colocando un gel acuoso que sirve de contacto con el transductor que maneja el médico, quien visualiza las imágenes en un monitor. Para determinados órganos es necesario introducir transductores especiales en el recto o la vagina, así ocurre en los estudios de próstata o ginecológicos.
El médico puede ver los órganos y sus lesiones y congelar la imagen en la zona que quiere estudiar, medir cuantificando cambios y también fotografiar. Su aplicación más conocida es en el campo de la obstetricia para el diagnóstico y seguimiento del embarazo. Pero prácticamente todas las regiones del cuerpo salvo excepciones pueden ser evaluadas por ecografía.
Además de la información que la ecografía brinda a esta edad gestacional (conocer acerca de la vitalidad embrionaria, embarazo gemelar, edad gestacional más precisa, etc.) un detallado estudio de la anatomía fetal permite brindar a la pareja un asesoramiento acerca del riesgo de que su embarazo sea portador de una anomalía cromosómica. Si bien son varias las posibilidades diagnósticas, la alteración cromosómica de mayor repercusión es el Síndrome de Down.
Este estudio utiliza una base de datos que permite a la pareja conocer su riesgo de base (relacionado con la edad materna) y compararlo luego con el llamado riesgo ajustado, que es el que resulta al utilizar los datos de la sangre materna, ecografía y antecedentes. Del estudio ecográfico surge la información más importante la translucencia nucal, a las que en algunas circunstancias pueden agregarse otros parámetros (hueso nasal, frecuencia cardíaca, flujos vasculares como el ductus venoso y el flujo tricuspídeo).
Del análisis de hormonas en sangre materna surgen las otras variables que brindan mayor capacidad de detección al test. Una vez obtenida esta información la pareja podrá decidir junto a su médico la conveniencia o no de realizar más estudios diagnósticos. La normalidad de este estudio no excluye la conveniencia de realizar el examen detallado de las 20 a 24 semanas.
Estos estudios requieren pocas preparaciones molestas, como ayuno en los estudios abdominales e ingesta de agua y retención de orina en los gineco-obstétricos y vesicales. Los de partes superficiales y ciertos doppler no requieren preparación.
Estos estudios requieren pocas preparaciones molestas, como ayuno en los estudios abdominales e ingesta de agua y retención de orina en los gineco-obstétricos y vesicales. Los de partes superficiales y ciertos doppler no requieren preparación.
Los ultrasonidos utilizados no producen ningún daño a adultos, niños o embriones; la potencia de emisión de los ecógrafos, garantiza que no infringen daño a la salud.
En todos los hombres después de los 50 años para ver aumentos de tamaño y descartar la presencia de tumores. Cuando aparecen síntomas como una necesidad de orinar frecuentemente.
Dra. Lucía Beccar Varela
Co-Jefa del servicio
Dr. Gabriel Bolzán
Co-Jefe del servicio
Dra. Claudia Díaz. Referente de Ecografía y Doppler.
Dr. Carlos D´Alotto. Referente de Doppler Vascular.
Dr. Héctor Deschle. Coord. de Estudios Cardiológicos.
Dr. Juan Cruz de Pablo. Coord. de Ecografía Osteoarticular.
Dra. Luciana Sasbón. Coord. de Estudios Pediátricos.
Dr. Alejandro Boroda. Intervencionismo.
Dr. Horacio Longobardi. Intervencionismo.